lunes, 7 de diciembre de 2015

EL EGO NO ES SINO OPACIDAD (Edición revisada)

   "Donde antes había obscuridad, ahora vemos luz. ¿Qué es el ego? Lo que antes era la obscuridad. ¿Dónde está el ego? Donde antes estaba la obscuridad. ¿Qué es ahora y dónde puede encontrársele? No es nada y no se le puede encontrar en ninguna parte. Ahora la luz ha llegado, y su opuesto se ha ido sin dejar ni rastro. Donde antes había maldad, ahora hay santidad. ¿Qué es el ego? Lo que antes era la maldad. ¿Dónde está el ego? En una pesadilla que sólo parecía real mientras la estabas soñando."
Un Curso de Milagros
* * * * *
Lo nuevo será viejo
sin duda,
luego ya es pasado.

El ego es una identidad sombría que acogota lo diáfano y sutil,
lo liviano, espiritual e ilimitado.
Tampoco es amistoso o bondadoso
aunque las más de las veces con descaro lo aparente, 
más bien es todo lo contrario porque, con disimulo o no,
lo quiere todo sólo para él.
Irrespetuoso no respeta otra cosa que a sí mismo
elaborando un argumento de difícil equilibrio 
repleto de razonamientos capciosos que explica
y, si puede también vende, como panacea,
no siendo más que brumosa palabrería que separa, falsea y compite,
que afrenta y difama todo aquello que no le conviene. 
El yoísmo es su culto más preciado
y el mundo su reino a conquistar.
Oculta que oculta ensalzando ocultismos
con los que pavonear su vanidad. 

Lo viejo fue nuevo
sin duda,
luego ya es pasado.

El ego no es sino opacidad,
un personalismo irreverente que mancilla la inocencia y la pureza
ignorando la radiante sencillez del alma.
Es un negror de funesta arrogancia
que niega la santa transparencia del presente
con deformes y transitorias imágenes de temores y sufrimientos
mientras se desespera por éxitos, ganancias o placeres.
La opacidad acapara
pues desea impedir la libre extensión de la luz y se oscurece.
La opacidad desvirtúa las palabras
pues con su ocultación engaña, disimula y se miente.
La opacidad sacude la calma
pues en su combate contra la luz se hiere.
La opacidad oculta el recto camino
y en su ceguera se pierde.
La opacidad restringe el saber
pues en la arrogancia de su miopía se confunde.
La opacidad arrincona la esperanza
pues tras sus oscuros muros languidece.
La opacidad amortaja la vida
pues por su desconfiada malicia y temor perece.










Lo nuevo y lo viejo
sólo hablan
de lo que ya es pasado.

Es el ego una nada de tenebrosa imaginería
queriendo parecer alguien.
Querer ser alguien es vano. Pesadilla y lamento.
Absurdo. Impermanente. Irreal.
Acaparar desvirtúa con la sacudida oculta que restringe
arrinconando en la mortaja de un ego
que habita rodeado de nichos en un cementerio llamado el mundo.
No ser alguien es desprenderse de viejos e inútiles ropajes,
desnudando sin vergüenza el alma.
La transparencia... no querer ser... no pretender...
no querer no ser... no desear... no resaltar...
La transparencia... toda la transparencia.
Quien no es, resplandece sin aditamentos.
Y, en ese resplandor de no ser, nuevamente
ahora, se Es.
Porque el ego sólo ve el pasado
proyectado en un ficticio futuro
que lo intemporal ya ha resuelto.

KHAAM-EL



Acalla todas las mentiras que parlotean en la mente 
quedándote ahora en paz, 
deshabitando salones de encastillada y comparativa yoificación. 
Sé libre de recuerdos, proyecciones e imaginaciones, 
y estate presente, completamente presente... 
para que la Verdad resplandezca plena en el alma. 




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