viernes, 29 de enero de 2016

AHONDANDO EN LA IDEA DEL ESPACIO/TIEMPO

   ¿La consciencia sucede en el espacio/tiempo o es justo al contrario? ¿Existimos realmente como personas o eso es tan sólo un mero sueño? Indaga. Contempla el contemplar y contemplarás lo nunca contemplado. Regresa al punto de origen en la idea de ti y del mundo. Evidencia lo evidente y no ignores más lo obvio con superfluas opiniones perceptivas. El tiempo transcurre para no volver jamás en un espacio que tampoco retornará a ser nunca como creíste. Reflexiona con sincera ecuanimidad. Sé coherente y conoce sin intermitencias, ni suposiciones; sin memorizaciones conceptuales de hipotéticas premisas al gusto particular, ni elucubradas fantasías de futura aspiración; sin expectativas, ni sopesamientos. Mantente presente. Lúcido. Imparcial. Consciente de concienciar. Medita y comprende. Interioriza y no te disperses con fugaces trayectorias que giran y giran frenéticas entorno a deseos y temores de osada cantinela. Ahonda. Cuando se sabe que el tiempo es tan sólo eso, tiempo y nada más, pasajera apariencia, llamativa evanescencia, la mente se libera de buscar donde, con seguridad, no hay. Porque el espacio circunscrito a personal juicio se agita por y para nada; ya que imaginarse una periferia de pompa de jabón, como si lo por ella delimitado fuera robusta identidad y sólido reino, no es más que vana pretensión de efímera condición, una aparatosa inconsistencia que finalmente no deja ni rastro en el ámbito ilimitado de la espaciosidad no restrictiva.

   Ahonda en tu mente más allá de los constructos mentales con los que te reduces y lo reduces todo. No insistas en lo formal, o te resistirás a la libertad de lo que invita a trascender toda forma. Ahonda; toma consciencia de la Consciencia, de su espaciosidad sin límites... las apariencias en sus formas cambiantes no son la realidad. Lo que es, es. Imaginar no es ser. Insistir a lo que no es para que sea, es acción vana; pero invitar a lo que es a que deje de imaginar lo que no es, es genuina relación, íntegra, auténtica, entre iguales, en la que el movimiento de enseñanza-aprendizaje se experimenta como una situación indivisa y no como una división de partes inconexas tratando de imponer sus particulares y diferentes puntos de vista que, en un principio, la percepción superficial tienta a considerar. Hay que estar muy atento a los escenarios que se representan en el espacio/tiempo con recurrente insistencia. No te resistas a ellos ni te sometas; no los reformules al gusto particular, ni sucumbas a huir con desagrado de la intensidad de atravesar lo especial. Permanece presente en la comprensión amplia del ámbito no separativo. Haz lo que debes y no lo que deseas o temes. No enseñes-aprendas miedo o deseo, y el perdón de las ilusiones bendecirá con la paz de espíritu todas las relaciones que entables en el espacio/tiempo para retornarlas, cual una sola, a lo indiviso/eterno. Conoce y aplica que en lo relacional sólo se puede compartir impecabilidad o nada; por eso insistir, aun con buenas intenciones, en procurar arreglar inconexas suposiciones de egoicas percepciones, desune en lugar de facilitar la comprensión de que en lo sustancial las mentes son una.

   Abandona el apego a las cosas del tiempo, no sigas aferrado a lo yermo y florece en lo eterno. Sé aquí y sé ahora en plenitud. No limites ni te limites. No restringas el conocimiento a simples conceptos ni signifiques la vida como el personal movimiento de lo fugaz... presencia lo mental y emotivo con imperturbable mirada de clara honestidad... vislumbra como una emoción es un pensamiento en acción, por lo que -en esencia- corazón y mente jamás han podido estar separados. Esta comprensión, ten fe, trae milagros de insospechada bendición. El Amor nunca te ha abandonado aunque a veces lo hayas creído; justamente es el Amor lo que te salvó. Vive. Abandona el miedo. No rehuyas atravesar la incomodidad de sacar a la luz lo profundo del dolor para que pueda ser sanado. Es la destrucción o el Amor... no sigas, pues, justificando el dolor y vive el milagro de lo intemporal. Ahonda en lo consciente... y el espacio/tiempo -con su mundo de trágicos placeres y empecinadas angustias-, más allá de toda descripción o razonamiento intelectivo, es ahora, siempre ahora, visto como una simple idea en la consciencia; tan insubstancial como la bruma disipándose por la cálida luz del sol. Todo lo impermanente es insignificante en esa consciencia infinita... viviente... trascendente y salvadora del errático y desconfiado juego acerca de los intereses separados... inefable, perfecta y rotundamente indivisa... inherente a lo que es en un sublime siendo de creadora santidad... puro amor... eternamente bienaventurada... esplendente... en plenitud. 

KHAAM-EL



No uses sólo tus ojos ni te comuniques únicamente por lo que ellos parecen mostrarte. 
Ten fe en el Amor.
Ten fe en lo Santo.
Ten fe en lo Eterno.
Y el espacio/tiempo se disolverá en la Revelación de la unicidad en/con Dios... 
El milagro siempre presente en las relaciones te allana el camino a esa Revelación. 
Nunca has estado solo... Dios es Amor. 
Bendiciones.





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