domingo, 10 de enero de 2016

LA VERDAD NOS DICE...

   Aquiétate y agradece. La Verdad dice: si estás cansado de sueños, si estás cansado de mundo, si estás cansado de ilusiones, si estás cansado de personalismos, si estás cansado, desesperanzado y fatigado de querer tener razón con la idea de ser un cuerpo, 'ven y sígueme, mi carga es ligera y mi yugo llevadero', toma tu historia personal (tu cruz), caminemos juntos para que sea por siempre perdonada en el Amor. 'Tus pecados han sido perdonados' por tu fe en lo santo y Su Amor. Todo tu dolor era ilusorio, todas tus enfermedades eran imaginaciones febriles, todos tus sacrificios y deseos eran tentaciones disfrazadas de futuros éxitos y placeres. Todo tu sueño de dolor es una apariencia insufrible que tú querías prolongar fantaseando con un mañana más llevadero. ¡Despierta! ¡Despierta! Despierta de tus sueños de enfermedad, dolor y muerte. ¡Despierta! ¡Despierta! Despierta niño mío, despierta niño mío, duermes... duermes, duermes... no hagas caso de los pensamientos de un sueño, que arrogantes en tu mente se burlan, ignoran, o incluso desprecian y atacan, a este Mensaje de Salvación; no escuches la música fúnebre que quiere alargar la sombra del tiempo en la carne. Mantente, mantente bien atento, al aquí y ahora, a este Mensaje de Salvación. ¡Despierta! ¡Despierta! este sombrío flujo de sangre en carne que te desangra el ánimo exhausto, que te desgarra el alma y atribula la paz, ya fue perdonado y sanado para siempre; esa herida que tanto temes se infecte y te lleve a la tumba, esa ponzoña que envenena tu mente, nunca ha existido salvo en delirios de personal mundanidad; alégrate, jamás pudo ser real.

   Ten fe, ten completa fe en el perfecto Amor de Dios. Ten fe en que el Hijo es como el Padre... y tú, tu santo ser en el espíritu, el santo ser que compartes con todos, es Su Hijo. ¡Despierta! ¡Despierta! Despierta hermo, despierta hermana mía, te pide tu prójimo desde su corazón roto... tu despertar es el de todos. No más juegos de dolorosa confrontación, no más máscaras ni fingimientos. ¡Aleluya! No te demores. No nos demoremos más... regresemos juntos cual uno solo, como debe ser, a nuestro Hogar celestial, a la Casa de nuestro Papi en el Cielo. ¡Despierta! ¡Despierta! Despierta de tu sopor, abandona tu desconfianza. Abre tu mente, abre por entero tu mente, no traigas pensamientos del pasado a este instante santo, a este presente lleno de Amor y dicha de ser, déjate revestir con la esplendente vestidura del espíritu, no quieras más cubrirte con la carne y sus vanos esfuerzos de mejora -esos que finalmente siempre acaban en podredumbre-; mientras estés en este mundo, permite que el Espíritu de Dios, el Santo Espíritu de Dios, te guíe al Cielo, a la eternidad y la plenitud, con simplicidad, sin necesidad de denodados esfuerzos. Confía. No temas. 'Estate en el mundo sin ser del mundo', dale a tu prójimo la mano de igual a igual, y juntos, como siempre ha sido y será, recordad el Cielo. Juntos vivís todos... todos juntos vivimos en comunión con Dios.
   
   Pide y recibe. Pide la Verdad que te hace libre. No hay separación posible del Amor de Dios.

  Ahora sí, tienes verdadera fe; ya no comparas entre ilusiones y ya no ves grados de dificultad en nada. esa fe viva, presente y ardiente, iluminará tu despertar, moverá montañas... seguir al Espíritu Santo, a la Luz que Dios Mismo depositó en tu consciencia, libera; ya, pues, nunca más al ego y sus vanidades de 'dolorosos placeres' que esclavizan. Camina en la dirección que esa Luz, llena de Paz y Bienaventuranza inmediata, te indica aquí y ahora, despreocupado y feliz. Camina, camina, camina en el presente, en esa quietud interior que sólo concede una mente verdaderamente en paz, totalmente seguro y agradecido, porque mediante esa quietud interna se avanza deprisa hacia lo eterno ('la paciencia infinita tiene resultados inmediatos' ¿Recuerdas?).

   Todo va bien, el tiempo acaba en la eternidad, ahora, aquí, en el 'instante santo', y éste es de inmediato siempre que lo invoques con confianza y Amor... el presente sin duda ha sido, es y será, el preciso instante de la salvación del Hijo de Dios. Confía. Elige de nuevo y no te retrases; no te demores más siguiendo la fragilidad del ego, que siempre te resta soñandote sumas, tentándote con burdos apaños y parches para una carne que se cae a pedazos sí o sí. Confía y declara con convicción: -'No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios te creó'. Pon tu atención sólo en lo santo, en el espíritu, en lo amoroso, y sé un Aleluya para el mundo... sí, sé un regalo de salvación para el mundo; sabiéndote perdonado; sabiendo que todo ya ha sido perdonado por el Amor de Dios, incluso antes de que el mundo pareciera ser real. Invita a tu prójimo a ser, a su vez, un regalo que regala regalar salvación... para que en ese dar, en ese darnos sin esperar ninguna forma, ninguna expectativa personal, sino sencillamente disfrutar con el acto de darnos, de compartir todo el Amor, Paz, Dicha, Libertad y Plenitud, Espíritu, Santidad, lo Real y evidente, Dios y Su perfecto Amor nos inunde el alma toda... Comparte sólo espíritu, para que Él alboree de nuevo en nuestra alma enamorada, sin soñar nunca más temores de sufrimiento y ruptura.

   ¡Aleluya! El Hijo de Dios no puede sufrir; luego el mundo y el tiempo no son la realidad. Amén.
   Todo es Amor.
   Infinitud e indescriptible Bienaventuranza. 
   Bendiciones.

KHAAM-EL



Rinde tus ilusiones... Pídele a la Verdad que despierte a tu alma y te haga libre.
El que pide recibe. El que da siempre tiene.
Comparte bendiciones.
Ama y sé amado, sin fisuras, sin trueques.
Unicidad.
Plenitud.
Verdad.
Dios.




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