Tras estas palabras introductorias, adjunto el audio de la charla del pasado día 15 de enero en la que con rotunda intensidad hago hincapié en la idea de que únicamente haciendo lo que se debe y no lo que caprichosamente se desea, siempre aquí y ahora, en el mismísimo presente; actuando auténticamente, y no de postizo, para la dicha y el esencial bien de la totalidad -en lugar de lo que se desea personalmente-, encuentra uno sentido, dignidad y alegría en la vida. En lugar de fabricar religiones, terapias o leyendas a la mediada personal, mediante las que adorar a Mammon o al becerro de oro; en lugar de seguir los dictados del señor del mundo que fabrica estructuras temporales que atrapan y enredan en un sin salida angustioso que principiaba ventajoso (no hay Arcadia feliz que dure para siempre); en lugar de buscar lugares terrenos o dimensiones esotéricas a futuro, se ha de vivir sin la codicia surgida del temor experimentado por la arrogante ignorancia vana.
Has de vivir libre en el presente, confiando en que Dios te acompaña allá adonde vayas y estés, para que todos los roles que pudieras llegar a representar sean voluntariamente sometidos a la Providencia Divina y nunca a la inversa. Despréndete de tus imaginaciones y expectativas huecas, depositadas en un mañana inalcanzable para todas esas excusas lastimeras que quieren ocultar el obvio fracaso de la intentona recurrente de perpetuar lo imperturbable. No sueñes más sufrimientos, dolores y muertes por un puñado de efímero éxito. No seas un muerto en un mundo de muertos. Has de transformarte por la dicha del espíritu e invitar a todos aquellos que se arrastran por el mundo a elevarse por encima de la esclavitud a las formas, y encuentren, en el presente, el definitivo despertar de su delirante mendicidad ansiosa de abundancias personales. Haz lo que debes y retorna a la vida eterna abandonado cualquier apego al tiempo y sus cosas... la paz mora en el ahora y te encamina desde lo íntimo a la infinita intimidad con lo Inefable. El instante presente está lleno de bendiciones que iluminan lo que hay más allá del ruido mental que percibe impermanencias... Amor, dicha, plenitud... ahora, en la libertad de lo que es. En la realidad todo se presenta presente de perfección e infinitud... Paz ilimitada. SALVACIÓN.
Has de vivir libre en el presente, confiando en que Dios te acompaña allá adonde vayas y estés, para que todos los roles que pudieras llegar a representar sean voluntariamente sometidos a la Providencia Divina y nunca a la inversa. Despréndete de tus imaginaciones y expectativas huecas, depositadas en un mañana inalcanzable para todas esas excusas lastimeras que quieren ocultar el obvio fracaso de la intentona recurrente de perpetuar lo imperturbable. No sueñes más sufrimientos, dolores y muertes por un puñado de efímero éxito. No seas un muerto en un mundo de muertos. Has de transformarte por la dicha del espíritu e invitar a todos aquellos que se arrastran por el mundo a elevarse por encima de la esclavitud a las formas, y encuentren, en el presente, el definitivo despertar de su delirante mendicidad ansiosa de abundancias personales. Haz lo que debes y retorna a la vida eterna abandonado cualquier apego al tiempo y sus cosas... la paz mora en el ahora y te encamina desde lo íntimo a la infinita intimidad con lo Inefable. El instante presente está lleno de bendiciones que iluminan lo que hay más allá del ruido mental que percibe impermanencias... Amor, dicha, plenitud... ahora, en la libertad de lo que es. En la realidad todo se presenta presente de perfección e infinitud... Paz ilimitada. SALVACIÓN.
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