miércoles, 13 de enero de 2016

LO PARTICULAR VA Y VIENE... ¡SÉ EN LO PERENNE!

   La desmemoria selectiva es memoria interesada. Cuando uno interpreta la vida desde la acentuación de unos aspectos en detrimento de otros se cuenta y cuenta tremendos embustes. No hay mayor error que errar adrede para salirse uno con la suya y tener razón sea como sea sin importar el coste, aunque éste sea la pérdida de la paz y la dicha internas. Y equivocarse a sabiendas es justificar el propio punto de vista personal como sabiduría o razón aún dudando de ello, pero mostrando, con mal disimulada desfachatez, una mera opinión o conjetura como sesuda comprensión, incluso junto a evidentes contradicciones que son minimizadas o descaradamente ignoradas para salvaguardar la tesis particular. Semejante actitud es demente e inútil; pues un error pretendiendo pasar por verdadero, al ser sencillamente producto de imaginaciones, es tan imaginario como la interpretación interesada que en su selectiva desmemoria le dio origen. Más, en última instancia, la realidad no se ve afectada en absoluto ni la verdad puede sucumbir ante las mentiras, pero, ¡ojo! al justificarse el yerro, el pensamiento interesado -llamémosle ego-, fabrica un mundo también imaginario en el que los propios juicios parecen ley, y en donde la consciencia plena de ser aparece desvirtuada y olvidada por la identificación con ese yo pequeño y altanero, disimulado y provocador, lleno de miedo y ciego de ira (el ego).

   Deja de jugar el juego macabro de los juicios nacidos de la desmemoria selectiva y olvida el olvido, para que lo inolvidable resplandezca inmaculado, pleno, diáfano y libre de toda ensoñación o absurda parcialidad hiriente. El ego no tiene consistencia; realmente no es nada ni nadie en absoluto, aunque aparente serlo todo para aquel que en él cree. Renuncia a al ego, no te identifiques con lo aparente o te sentirás nada. El ego tan sólo es un pensamiento vacuo en tu consciencia, totalmente carente de significado, absurdo e intolerante con lo considerado como ajeno, que intenta convencerte de que tú eres él. No seas no ser. No disfraces un yo inexistente de egregios indumentos. Lo que no es real nunca podrá llegar a serlo por mucho que se intente... lo imposible es imposible aunque lo imagines real. No vivas no vivir. Abandona tal locura quedándote en paz ahora, feliz por ser y punto. El ego es una falsedad, un pavor, una nulidad, una preocupación incesante, una negación, un deseo febril, vanidad, cero; es, si acaso, como recurso de ahondamiento y comprensión más allá de las palabras, una pesadilla disfrazada, las más de las veces, de osito de peluche pero que a la mínima muda en sanguinario ogro, una colorida pompa de jabón de ineludible estallido, una horripilante historia de terror camuflada de cuento de hadas. ¡Despierta! ¡Los sueños sueños son! Déjate de cuentos y, mantente constantemente vigilante en tu mente, no infravalores el poder seductor del ego que intenta que entres en su juego con múltiples argucias. No quieras sostener juicios particulares ni opiniones selectivas para obtener reconocimiento o lucro personal; no fabriques tiempo y circunstancias para intentar salirte con la tuya a costa de los demás, ni te escondas tras un cuerpo con el que atacar y morir; no perezcas más en el dolor de las personales razones... Comprende: lo particular va y viene... es nada. ¡Sé en lo perenne! Lo que aparece y desaparece sin duda es mentira... 'Sólo la Verdad es Verdad'. Pídela por encima de todo... en Ella no hay falsedad que no sea desmontada ni ni error que no se subsane de inmediato. Dalo todo por la Verdad, por Dios y Su Amor, aunque el mundo no te entienda, te ignore o te desprecie... todo tu dolor pasará, todas tus lágrimas serán enjugadas. Tu corazón se abrirá por Su misericordia. Mantente ecuánime, solícito y confiado en el presente, y lo ilusorio acabará para siempre desvaneciéndose paulatinamente en la nada que es, hasta que, de repente, por la gracia, sin previo aviso, inesperado y sublime, Dios en tu ser y tu ser en Dios.

KHAAM-EL




Que nada te turbe. Que nada te espante. Dios no se muda.
Dios te lo da todo... todo Su Amor y Verdad. 
Dáselo todo... todo tu Amor de Verdad.
Gasta tu vida en Él, y vivirás eternamente en /con Él.





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