lunes, 4 de enero de 2016

BENDICE Y ALABA EL BIEN VERDADERO *

   Que desde el principio del día hasta la noche, pasando por el declinar de la tarde, cantos de gratitud broten de tu alma pura. Nada puede detener el poder del Amor, expresándose en la acción feliz que no acata el miedo. Sé agradecido y bendice siempre a la vida, dándote por entero, en ella y desde ella, por el bien mayor, sin exclusiones ni preferencias; trayendo a todos el recuerdo de que Dios y Su Amor mora en nuestro interior; presto a iluminar el camino de vuelta a la eternidad, mediante Su Santo Espíritu, a todo aquel que de corazón se lo pida. Proclámalo, compártelo, extiéndelo, sin tibiezas. Vive satisfecho y cántale al radiante amanecer de una nueva y feliz manera de convivir, espontánea en asumir la responsabilidad de la propia vida, confiada en la manera de contemplar las relaciones -no buscando sacar provecho personal de ellas, ni tampoco señalar culpables por ningún contratiempo-, y solícita, pase lo que pase, en el perdón de cualquier idea que quiera fomentar la desunión con el prójimo; porque, en lo esencial, nada ni nadie es lo que parece, y dividir entre buenos y malos, amigos y enemigos, bandos afines y contrarios, por el mero hecho de las propias preferencias personales, es una fatal ligereza al gusto de la opinión personal; una soberana idiotez pretendiendo saber. No proyectes tu miedo en lo ajeno o, tú mismo, serás un extraño contigo mismo.

   La distancia entre tu prójimo y tú la marca sólo tu juicio. No condenes y comulgarás en el espíritu. Libera de toda pena y tus penas acaban junto con las de tu igual, porque nadie es mejor ni peor que nadie. Perdona la posibilidad de ser ofendido, y cantarás, con el alma toda, alabanzas a Dios y Su Amor. Es imposible perder, o perderse, en la eternidad. El tiempo acaba, nadie gana, nadie pierde... todo fue un sueño. ¡Aleluya! ¡Bendice y alaba el Bien verdadero! ¡Canta como nunca antes! ¡Lleno de alegría y gratitud! Ahora estás en el mundo sin ser del mundo. Innumerables son las razones para amar y estúpidas todas aquéllas que temen u odian, que excluyen o imponen. No cargues a tu prójimo con el peso de la viga acusadora surgida de una mirada egoísta, ni le reclames por tu supuesta infelicidad acusándole de los males que padeces. Antes bien, agradécele la posibilidad de ver tus propios pensamientos, para poder elegir de nuevo, en favor únicamente de aquéllos provenientes de Dios y no de aquéllos otros que fomentan la desconfianza y el temor.

   Bendice a Dios con todo tu ser, y Sus bendiciones se extenderán a todos, incluido tú mismo. Todos somos Hijos de Dios y ninguno se perdió para siempre. Al mal (el miedo) le llegó su fin, porque realmente nunca pudo existir... ¡Sí! ¡Eso es el Bien verdadero! Amén.

   Así es, ¡despierta! Hermano/a, al Amor, de nuevo, con el alma toda; para que, junto a nuestro prójimo, alabemos la Bienaventuranza infinita de la plenitud que compartimos en/con Dios.

KHAAM-EL



Vive con la pureza del alma, y canta, canta y canta... 
en feliz alabanza por las bendiciones con que nos bendice siempre el Amor de Dios, 
y que podemos reconocer sin dificultad cuando dejamos de escuchar al miedo.






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