Tras este escrito introductorio adjunto el audio de la sesión del pasado 4 de enero en la que desarrollando la lección 4 de 'Un Curso de Milagros' (Estos pensamientos no significan nada. Son como las cosas que veo en esta habitación) voy profundizando en la idea de que las diferencias y sus juicios restan, fraccionan y pretenden sustraer a la plenitud de ser -en dolorosas imaginaciones tomadas por reales-, mediante la significación de ideas personales acerca de pensamientos que carecen de significado, pero que al desearse lo tengan (significado) se vuelven penosos en su parcialidad, acumulando ira, dolor y resentimiento. Por eso hay que abandonar la diferenciación que, en su irresponsable frustración e ira, quiere acumular y, tras su aparente éxito sustractivo, cuánto más acrecienta lo que sustrae, el inevitable resultado que ofrece siempre es menor; aunque pretende ocultarlo fabricando mañanas, que por cierto nunca llegan. en los que apañarlo. Mientras ésto no sea visto, aplicada la acción correctora del desapego, del hacerse a un lado, y, finalmente, perdonarse completamente la idea de separación, para que pueda ser vivido todo (tanto lo considerado externo como lo tenido por interno) con consciencia y paciencia, el despertar del sueño de la muerte parecerá esquivo y difícil. Confía... elije soltar el miedo y el deseo... la ira acaba en la humildad de dejar de acumular y significar diferencias, en el constante dejar de querer tener razón, y en el permitir que lo que es sea sin personalistas interferencias de apropiación yoística. Quédate en paz... sin historia que prolongar en proyecciones, sin nada que sustraer, sin nada que conseguir. Llenura presente.
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