viernes, 22 de enero de 2016

DECIDÁMONOS ÚNICAMENTE POR LA VERDAD

   No hay tiniebla que la luz pueda albergar ni falacias que la Verdad no desvanezca para siempre. En la humildad sincera la luz resplandece disipando indecisiones, codicias, sufrimientos y discordias. Cuando nos decidimos en favor de la Verdad por encima de todo y admitimos que no podemos tener ni idea de lo que es la Verdad desde la limitada perspectiva personal, dejamos de proyectar, dejamos de planificar, dejamos de querer tener razón, porque sinceramente reconocemos que no sabemos lo que nos conviene, ya que todo lo que uno cree le conviene no es más que una proyección de su relación de carencias, de la ilusoriedad sectarista de sí; puesto que una idea personal es de por sí sectaria, al escindirse supuestamente de motu propio de todo lo demás.

   Decidámonos únicamente por la Verdad, aquí y ahora. Perdonemos con sinceridad. Afuera con todas las opiniones y juicios personales. Largo con los yoísmos y los otrismos como fórmulas de relación.

   Presencia y consciencia. La Verdad no sabe de sectarismos ni de sectas, no se encuentra jamás en ellas, ni se puede alcanzar tampoco desde ellas. La mayor de las sectas es el ego que las fabrica sin cesar. No escuches ni le des significado, por tanto, al ego; sólo trae ceguera y tropiezos, recelo y conflictos. Abandónalo sin remilgos. Quítate la desconfianza personal y vive plenamente entregado al Amor de Dios. 'Retira primero la viga de tu ojo y entonces podrás ayudar a tu prójimo a quitarse la paja del suyo'. No sigas ningún razonamiento separativo y pretencioso. Decide ser libre en medio de un conglomerado de pensamientos que parecen querer tirar de ti en tu mente, cada uno a su manera, prometiéndote seguridades con ataduras especiales que segmentan desconfianzas también especiales. Plántate en el presente y no acates ninguno de esos pensamientos que abotargan e inquinan. Vive instante a instante, despreciando el miedo y el deseo. Ahora hay Verdad, nunca en el pasado ni en el porvenir. Aquí donde te encuentras hay paz y dicha si no te distraes con historias personales. Acepta la condición en la que te encuentres y ahonda en lo interior... en esa dirección presente que te conduce a las profundidades de la mente, hacia lo íntimo del alma, hacia lo nucleico de ser. Únicamente sé lo que es siendo ahora en esencia pleno... Dios en ti... como siempre Es. Nunca ha habido realmente segmentos separados de lo indiviso. No te sectarices en un ego frente a otros egos, o te verás inmerso en un sueño vano y doloroso. El mundo no existe como parece porque el parecer propio que lo juzga no es como se imagina. ¡Despierta! Toda la proyección de tu supuesta acción personal no son sino sombras del pasado superpuestas en la luz siempre presente del presente. Ver tu particular película en la clara pantalla del ahora no hace que la pantalla deje de estar ahí. ¡Despierta! Abandona la butaca de tu comodidad indolente; deja de involucrarte con los juicios que surgen de tu parcial forma de contemplar unas huecas imágenes sin significado sustancial que tu mismo fabricas. ¡Despierta! Lo que crees un futuro ya es pasado, al igual que, cuando se representa una película en una sala de cine, la película ya está completa en la cinta cinematográfica que gira repitiendo las imágenes en ella impresas. Sal de la oscuridad de la sala de juicios que es tu creencia en el ego y su mundo... Ve a la luz y márchate de la sala de proyección que es la mente egoica.

   La Verdad no tiene opuesto ni sabe de tenebrosidades... Es plena y, por tanto, feliz, esplendente, santa y rebosante de paz; substancial pureza, sanidad y vida... Amor, puro Amor, sólo Dios, todo Dios, eternamente aquí y ahora. Reconozcamos, pues, que si no experimentamos Su certeza de bienaventurada eternidad es que estamos ciertamente equivocados y, humildemente, pidamos corrección esencial, porque la Verdad que Dios Es, y con la que Él crea, no puede sufrir ni separar, o aparecer para después desaparecer. Así que os invito, de todo corazón, a que nos amemos todos cual uno solo, a que seamos felices cual uno solo y a que vivamos en paz cual uno solo. Soltemos definitivamente la desconfianza y el miedo; abandonemos sectarismos y politiqueos de intolerante reproche; desprendámonos de deseos y personalismos competitivos... Vivamos en la acción inegoísta, en la confianza total que brota del Amor y la paz mental de ella derivada, en la luz clara del perdón de la ilusoria división. Porque, Hermanos del alma somos todos en la perfecta unicidad de los Hijos de Dios, y... amén.

KHAAM-EL




Únete a los cánticos que piden la iluminación del despertar 
a la realidad de lo Divino y eterno..., 
con la pureza de una mente en paz 
y con la devoción de un corazón enamorado de la Verdad. 
No hay nada que temer. 
La dualidad (cielo y tierra) se funde en indivisa unicidad por Amor. 
Confía. 
Fluye con el dulce y cálido canto que el presente entona en el tiempo 
para recordarte la eternidad en cualquier momento que decidas
y despertarte de tu doloroso ensueño del tiempo y sus formas...

Sin previo aviso, por la gracia... samadhi, relización, plenitud, Divina Unicidad.





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