jueves, 21 de enero de 2016

LA CONSCIENCIA SIEMPRE VE Y ESCUCHA... +


Descendiendo torpemente al abismo por confundirlo con lo sublime
el corazón se rasga, rompe y protege...
temiendo amar -en su dolor- acaba pesaroso
por ocultarse tras su supuesta fragilidad.
Ver el mundo solo con los ojos del cuerpo es ceguera
y buscar en él sus efímeros goces y éxitos trae pronto lamentos y tropiezos.
Escuchar el discurso del mundo abotarga el entendimiento
con cambiantes saberes que nunca explican nada definitivo
pero que se arrogan excelencia con impúdica vanidad.

¡Despierta!

La Consciencia ve la luz en las miradas
rasgando el burdo velo de la materia,
ascendiendo liviano aquello que se arrastraba pesado y corruptible,
rompiendo aquello que rompe, quebrando toda división
tras un profundo elevarse hasta lo intangible
y sanando al corazón, ahora por siempre enamorado, sin temor a ser herido.
La transparencia de la Voz que habla desde lo más hondo de la esencia
muestra la senda que no desvía al alma de su pleno destino.
Aquiétate y sabrás que en lo pasajero no hay saber verdadero.

¡Despierta!

No escuches a ciegos. No sigas a tuertos.
Nada conocen más allá de sí mismos.
Toma con libre determinación el gobernalle de tu vida
y déjate guiar poderosamente humilde por la suave Voz del alma,
esa cálida y venturosa brisa que apacigua tormentas,
que cura parálisis, cegueras, lepras y sorderas...
resucitando de la carne en el Espíritu.
Sigue sólo Su vibrante tono de sinfónica orquesta de eternas bendiciones
que conduce directa y milagrosamente al Corazón de Dios.

¡Despierta!

La Consciencia siempre ve y escucha más allá de toda apariencia,
más allá de perceptivas lógicas de inciertas premisas
y de dogmas de monolítica cerrazón.
Ve y escucha más allá de disimulos y falacias, de mezquindades y egoísmos,
de lujos y aplausos, de supuestas evoluciones o involuciones,
de medidas, cálculos o juicios particulares.
La Consciencia siempre ve y escucha más allá
de lo humanamente conceptuado o sentido
en su despierta y clara presenciación del sustancial flujo de la vida...
de esa vida que es genuina y todoabarcadora Vida...
gozosa, radiante, infinita, bella, inmaculada, eterna, santa,
bienaventurada, plena, gloriosa, inefable
y rebosante de incondicionalidad... rebosante de Dios... rebosante de Amor.

¡Despierta!

Acógete al corazón. No temas.
Confía. Sé paciente. Ahonda en lo íntimo.
Iluminación inevitable ante la imposibilidad de las tinieblas de perdurar.
El encuentro interior con la infinitud del ser te espera
con ojos y oídos completamente abiertos a la esperanza de consumación
aquí y ahora... eternamente.
La Consciencia ve y escucha de verdad la Verdad.
La Consciencia recuerda siempre la Divina Unicidad.

KHAAM-EL



Sigue los acordes musicales del corazón abierto... Ahora... Aquí. 
Confía en la clara visión de la Consciencia. 
Ten fe en la escucha paciente del alma... 
recuerda... recuerda la Divina Unicidad en lo profundo 
para elevarte hasta lo infinito.





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