Buscar y rebuscar y no encontrar lo buscado, creyendo saber que donde se busca es el lugar idóneo, muestra falta de visión, perspectiva deficiente y una testarudez supina que, suponiéndose en razón, yerra torpemente. Y teniendo en cuenta el significado etimológico de 'pecado', que en hebreo bíblico cuya raíz "chet" (חטא) significa en realidad: 'estar fuera de lugar', 'errar el tiro', nos muestra que si cuando obtenemos un aparente éxito, renombre o placer en el mundo y no sentimos paz, amor y plenitud en lo más hondo y sutil de nosotros, ese supuesto acierto es un fatal yerro, pecado, ilusión, vanidad, sufrimiento sordo que quiere representarse orgulloso, retador y seguro de sí cerrando el corazón, separándose del prójimo y nublando la clara visión de la amorosa unicidad Divina por el huero deslumbre de lo temporal mundano en detrimento de lo inmortal y espiritual, porque arrastrarse en pos de lo pasajero anquilosa las alas que elevan a lo eterno.
Es por todo lo recién referido que la lección nº 27 de 'Un Curso de Milagros' nos propone la humilde declaración de rectificar la vieja actitud vital de mirar y anhelar aquello que, suponiéndoselo, no tiene ni tendrá jamás auténtico valor, y que yerra y yerra y yerra sin remisión, mediante la rotunda y honesta frase: "Por encima de todo quiero ver."
KHAAM-EL
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