Y una vez la paz de Espíritu se aposenta al desechar los juicios despectivos, las ansias especiales y las evasiones egoístas, la claridad del Amor y la vivencia de la Plenitud de Ser en comunión infinita con DIOS VIVO, guía certera y rectamente la senda vital, incluso rodeado del barullo, la algarabía y los humanos desenfrenos... Estando en el mundo sin ser de él; viviendo en el tiempo, apreciando lo eterno; encontrándose entre mentiras e insidias, aspirando sólo a la Verdad; topándose con animadversiones y culpabilizaciones, decidiendo ver -más allá de ellas- la esencial inocencia compartida; y andando en la carne, sabiéndonos Alma, Conciencia Pura, no egos.
KHAAM-EL
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