La identificación egoica entrelaza tiempo y forma, aparentando haberse escindido de la comunión intemporal de la vida. Por eso, creerse un cuerpo aparte de la totalidad fabrica el tiempo y sus memorias particulares, forjadoras de volátiles e ilusorias historias consideradas reales y sólidas. Y toda historia, toda memoria, toda crónica elaboran un discurso sobre el que apoyarse y justificarse, aunque todo lo nombrado y supuestamente padecido o gozado sea vano: un espejismo tan sólo, pero muy convincente. Idea esta mostrada con claridad en la lección nº 8 de 'Un Curso de Milagros: "Mi mente está absorbida con pensamientos del pasado."
Hay que estar muy vigilantes y entrenar la mente a no divagar, estando conscientes del instante que, sin límites, puro, sagrado y bienaventurado, ya Es. Totalmente libres de apego a cualesquier historia, memoria o crónica especial. Pues, quienes se identifican con el ego quedan absortos, hipnotizados, ensimismados con pensamientos acerca de un pasado que en el presente jamás puede ser; no reconociendo a nada ni a nadie como en realidad es, al suponer lo vivido desde una perspectiva distorsionada (exclusivamente corporal) que proyecta en el tiempo un hipotético tiempo anterior estirándose hacia otro hipotético tiempo posterior, que no hace sino reflejar y repetir de distintas formas un pasado de separadas y conflictivas relaciones, que le tiene hechizado e imposibilita para vivenciar, aquí y ahora, la espiritual plenitud de la vida que trasciende épocas, cuerpos, objetos y circunstancias; pues, ciertamente, en la pura existencia no hay pasado ni futuro reales, aquí y ahora abarca todo tiempo y toda forma
KHAAM-EL
No hay comentarios:
Publicar un comentario