El ego (como nos recuerda la lección 3 de 'Un Curso de Milagros') no entiende nada de lo que ve, oye, toca, huele, cata o barrunta. Sencillamente, porque es una perspectiva limitada y seccionada arrogándose, ensoñadamente, visión, discernimiento, comprensión y totalidad; una niebla densa que se autoproclama clara luz; un ávido y delirante temor acusador haciéndose el perjudicado; una ilusión pretendida realidad; nada, pareciendo alguien.
Mas, ¡aleluya! La vera comprensión de que el ego nunca comprende y ni siquiera es, no puede provenir del ego. Ahondemos, meditemos, no signifiquemos ni justifiquemos pensamientos divisores... Quedémonos bien presentes, conscientes, serenos, en el espacio ilimitado en los que éstos pululan: y seremos libres de la opresión mental; libres de la inestabilidad emocional; libres de la vanidad intelectual; libres del encarcelamiento corporal y de sus compulsivas e inamistosas acciones. ¡Libres, sí, totalmente libres en la recuperada comunión del Espíritu! En ese Eterno Amor de DIOS VIVO que el ego, en su breve tiempo y reducido ámbito, no pudo ni podrá realmente eliminar o aprisionar.
KHAAM-EL
No hay comentarios:
Publicar un comentario