Creer es aceptar unos pensamientos como válidos, da igual sean falsos o no, ilusorios o reales; y las consecuencias experienciales serán, en entrelazada e imperativa concatenación, producto de tales creencias.
El mundo nos propone en cada jornada una elección, una decisión y una acción. De nosotros depende escoger entre el miedo o el amor, entre la tentadora carne o el recto espíritu, entre la angustia o la serenidad, entre el ciego egoísmo o la luminosa dación de sí, entre separación o unión fraterna, entre las mentiras o la verdad, entre el homicida ego o DIOS VIVO. Porque, en última y cierta instancia, la vida humana es una oportunidad sagrada dentro de una apariencia profana. Nadie es víctima del caótico mundo que ve (como nos recuerda la lección 31 de 'Un Curso de Milagros'); pues éste es fiel espejo de los pensamientos y obras que esconde el ego bajo capas y capas de disimulo y ponzoñosa lisonja traicionera presta al ataque, la maledicencia o el desprecio creyendo que en lo oculto hay seguridad, cuando sin excusa lo que hay es precisamente lo contrario: desamparo, implacable competitividad y pesadumbre.
Dentro es afuera y afuera muestra dentro. Quien esto humilde conoce, acepta, perdona y transmuta, se libera e invita a su vez, a quien de corazón la anhele, a la liberación.
¡Bendiciones! ¡No temas! Nunca ha habido ni podrá haber 'no Amor'; tan sólo hay sesgos exclusivistas y autocomplacientes malinterpretaciones acerca de la Plenitud del Amor, fabricantes de ilusorios, dolorosos y fraccionados mundos de oscuridad y muerte equívoca y fatalmente creídos reales. Mas la hora del presente consciente llega y ya está aquí, y no se irá nunca más de aquellos que nada esperan en especial del tiempo y sí laboran por todo lo esencial de la Eternidad. Ya no más perder el tiempo en el tiempo confundiendo el efecto (afuera: el mundo, la carne, las formas y sus transitorias configuraciones) con la causa (dentro, la mente, el Espíritu).
Conoce, Comprende y Enseña. Nadie es un ego. Éste no es más que una distorsión de la conciencia, un proyector de afueras inexistente, un raigón infectado a extirpar para que la boca del Espíritu vuelva a pronunciar sin dolor ni pesar alguno Palabras de Bendición y Vida Eterna.
A ti que se te ha dado reconocer la semilla del buen fruto, oh bendito entre lo maldito, siémbrala sin mirar a los lados y mucho menos hacia atrás.
A ti que se te ha dado discernimiento, oh feliz incluso asediado por falsedades y calumnias, cuida lo sembrado con esmero.
A ti que se te ha dado la hoz, oh bienaventurado aun en las tribulaciones, haz la cosecha con constancia y sin remilgos.
A ti que se te ha dado un corazón divino, oh venturoso entre los afligidos, junta con fraterna disposición lo recolectado y compártelo con todos aquellos hambrientos de la Sagrada Plenitud que trasciende los tiempos, y que la Providencia -sabia- te envía para tu bien y el suyo cual uno solo.
A ti que has sembrado, cuidado lo sembrado, cosechado en su sazón y compartido generoso los mejores frutos, oh próspero en lo inhóspito y veraz en lo mentiroso y leal en lo traicionero, ¡regocíjate, sí! Las Puertas Intemporales de DIOS VIVO te son abiertas.
KHAAM-EL