viernes, 5 de junio de 2015

ENCUENTRO... +.


NO HAY NUBE 
QUE EL SOL OCULTE
ETERNAMENTE
NI LLUVIA O LLANTO
QUE POR SIEMPRE 
DUREN...
LA LUZ SE ESPARCE
ILIMITADA
DERRAMANDO
BENDICIONES
EN UN ENCUENTRO
ALLENDE
LA LONGITUD
DE LOS CAMINOS
DISEMINADOS
POR EL TIEMPO.


    ¡Oh, bendito Hijo de la Luz! ¡La fortaleza de lo santo te acompaña! 

   Ahora, caminas la senda que ante ti se abre sin mayor aspiración que ser feliz exactamente en el momento en el que ahora te hallas. Gozas de la serenidad indescriptible que en lo más íntimo de tu corazón palpita. Te abres a la contemplación de este instante del camino, sea cual fuere, con inocente visión. Sonríes al llanto con sanadora fe hasta que, éste, desaparece de tu experiencia. Agradeces, lo agradeces todo, con humilde disposición... Nunca más la desesperación del juicio insensato de una perspectiva limitada y limitadora.

   Caminas, en tu propia mente, soltando el lastre de los pensamientos de duda, temor, cólera, pudor, indolencia, recelo, y tantos, y tantos otros, que te quitan la paz que ahora, siempre ahora, ya posees. Estás decido a no extraviarte de esa paz que es la garantía de llegada al final de todo sufrimiento, que es garantía de retorno al hogar, al dulce, amoroso y cálido hogar que en Dios te espera. 

   Caminas en tu corazón con gratitud y bondad, con confianza y afán de jubiloso servicio. Caminas sin excusas, sin postergaciones, sin elucubraciones de estéril discurso; con tu alma entera enfocada hacia ese encuentro con el Espíritu de Dios, con atenta receptividad, con fiel escucha a la voz de Dios en tu alma y entregado a la contemplación de Su sol radiante en tu peregrinaje hacia Él... Caminas y caminas, con infatigable ímpetu, para ser guiado por Su Luz de vuelta a la Luz Una, para dejar de imaginar ser un yo separado y ser de nuevo, en Él, una sola Luz; para que finalmente todo sea esa única Luz, esa bienaventurada y esplendente Luz Eterna... 

   Ahora, eres canto, viviente canto, desprendido canto... ¡Oh, sol mío! Dios, que acabas con mis noches oscuras, ¡gracias! ¡Bendito por siempre Eres!¡Aleluya!

   Caminas, al fin, completamente libre de defensas, libre de anticipados resultados, libre de ilusiones y deseos. ¡Libre! La suerte está echada, has cruzado tu Rubicón; no hay marcha atrás, cruzas el puente que Dios Mismo te tiende hasta el Cielo... Caminas hasta el final, lleno de fe, sabedor de que tus esperanzas ya se han consumado, en ese encuentro que te encuentra siempre ahí adonde tú te encuentres totalmente presente, ahí donde estés absolutamente rendido al encuentro infinito de lo inconmensurable. 

   Y... ¡Oh, bendito Hijo del Amor! ¡Ahora la plenitud de lo santo, siempre ahora, te encuentra!

KHAAM-EL



Dios, es un sol que está siempre ante ti, dentro de ti y en todo... 
Y no se oculta jamás.




No hay comentarios:

Publicar un comentario