viernes, 12 de junio de 2015

SERVIR A DIOS

  "Después de lavarles a sus discípulos los pies, Jesús se puso otra vez el manto, se sentó y preguntó:
—¿Comprendéis lo que acabo de hacer? Vosotros me llamáis “Maestro” y “Señor” y tenéis razón, porque es lo que soy. Y, dado que yo, vuestro Señor y Maestro, os he lavado los pies, vosotros debéis lavaros los pies unos a otros. Os he dado mi ejemplo para que lo sigáis. Haced lo mismo que he hecho con vosotros. Os digo la verdad, los siervos no son superiores a su amo ni el mensajero es más importante que quien envía el mensaje. Ahora que sabéis estas cosas, Dios os bendecirá por hacerlas."                                                                                                                                                                                                  Juan 13, 12-17
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   Servir a Dios es servir al prójimo. Cuanto antes se suelten rencillas y resentimientos antes se experimentarán las bendiciones que Dios concede a quien cumple la extensión viva de Su mensaje. Comprende que lo esencial es el mensaje que trae el mensajero de parte de Dios y no la exaltación del mensajero. 
   Sé valiente y fuerte, en la humildad de reconocer que sólo Dios sabe, y que olvidar la ignorancia de las sentenciosas diferencias, para descansar en Él, trae inmensa dicha. Deja que Dios ilumine cada paso de tu camino aquí en la Tierra. Entrégaselo todo a Dios, que Él tome tu vida entera... estate dispuesto a darle tu corazón. Sigue el ejemplo de Jesús, permitiendo que el Cristo sea tu Maestro, y sé -para tu prójimo- un igual que le muestra que todos los hijos de Dios son para Él: Su Único Hijo. Creado a imagen y semejanza Suya... en perfección. plenitud y santidad. 
   Disemina las semillas del mensaje del Amor... el mensaje que proclama que la vida, la verdadera vida, es del espíritu y nunca de la carne, que alienta la manifestación de la bondad esencial e ignora al conflictivo ego y sus ilusorias vanidades. Difunde el mensaje que conoce que la muerte no existe y que entregar la vida al servicio de Dios te restituye a la vida eterna. Esparce, con la fortaleza de lo santo, este mensaje de salvación para que dé fruto; y este fruto esparza, a su vez, más semillas de salvación hasta que todo quede consumado, en Dios, como antes del principio.
   Sigue el ejemplo siempre presente del Cristo en Jesús y déjale lavarte los pies. Permítele servirte para que, a través de Su ejemplo, tú mismo seas ejemplo y sirvas -con todo tu ser- a tu prójimo. Acepta Su Palabra de resurrección y eternidad, y experimenta el milagro de la corrección de tu mente junto a la feliz apertura de tu corazón.
   Servir al prójimo es servir a Dios... recuérdale Sus bendiciones. 
KHAAM-EL



Goza del servicio por Amor.


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