viernes, 26 de junio de 2015

SERVIR A DIOS (y 2)

   El Amor verdadero no sabe de particularidades y exigencias, ni tampoco de futuros a la medida. La luz siempre te precede, no intentes ser tú el que le marca las pautas o te decepcionarás a ti mismo con oscuros resultadosp roducto de necias expectativas egoístas. Dirigir esfuerzos hacia relumbrones particulares aridece el camino de tal suerte que al final del mismo tan sólo queda arena y viento, frustración y oquedad anímica, lamento e irritación. Esperar de lo transitorio duradera satisfacción, y de intrigas, disimulos, pagos, desconfianzas y chismes, querer obtener reconocimiento cabal no es más que una estéril estupidez semejante a plantar monedas y pretender que crezcan albaricoques. La verdad y la dicha que la acompaña no se obtiene comprándola con pretenciosa altanería sino que es revelada al corazón generoso y amigable, a la mente humilde, serena e inspirada, por el propósito firme de compartir el Amor de Dios. 

   No dejes que tu corazón se seque por la ingrata ansia de alcanzar seguridad a costa de los demás. Sirve a Dios de buena gana, sin exigirle a Él que te sirva, y tu sequedad será regada con el agua de Vida eterna.

  No fabriques desiertos buscando agua ni des hambre cuando te pidan pan. No te anticipes a la respuesta con alambicadas preguntas que sólo quieren seguir preguntando y ya nada quedará sin contestar definitivamente en la luz infinita de la Consciencia presente, en la plenitud inenarrable de lo esencial, en la infinita alegría del espíritu, en la eterna comunión de la vida.


   Servir a Dios es confiar, sin pero alguno, en Su perfecta guía, dejando que nos despliegue el camino delante nuestro mientras lo andamos, sin volver nunca la vista atrás o querer prever movimientos por venir... y, como Felipe Neri, preferir sólo el Paraíso a cualquier regalía del mundo, y servir al prójimo con sincero contento, de igual a igual, viendo la luz de Cristo en todo y en todos, y amarlos por encima de sus aparentes desprecios, de sus temores o sus ofensas; siendo realmente caritativos al recordar a nuestros semejantes nuestra común naturaleza divina como Hijos de Dios. Sí, todos somos hermanos por la gracia divina y, por supuesto, todo se consuma en Dios por medio de Su Santo y Perfecto Amor.

  Da igual tu pasado. Cualquier pasado. No lo dudes más y sirve a Dios. Vuelve a ser feliz. Gracias te doy por ser feliz sirviendo a Dios. Gracias por tu entrega. 

 Servir a Dios reverdece el alma con una primavera infinita que da fruto sin cesar en una milagrosa comunión con el espíritu que llena de colorido y luz las sombras de la pena y el sufrimiento, recordándonos con rotunda claridad que la muerte no existe y que todo vuelve al Cielo... confía, Confía en el perfecto y amoroso plan de Dios. ¡Confía! Síguelo con valiente determinación... sé constante... pídele guía y te será dada... pídele fortaleza y es tuya... pídele un milagro para que Su Voluntad se cumpla y éste te transformará en un feliz servidor de lo santo y lo eterno... No dudes en volver a reír y deja que todo llanto sea borrado de tu memoria... Sí, prefiere únicamente el Paraíso, sirve a Dios con todo tu corazón, toda tu mente, todo tu ser y vuelve, por Su misericordiosa bendición ilimitada, de nuevo al Cielo.

KHAAM-EL




No lo dudes más y sirve a Dios eligiendo sólo el Paraíso como Felipe Neri.


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