sábado, 6 de junio de 2015

EN LO INTERIOR... *.


TU CONFÍN
-LIBRE DE ATADURAS Y CELDAS-
SE HALLA SUMERGIDO 
EN LO MÁS PROFUNDO
DEL NÚCLEO ESENCIAL
QUE TE ALIENTA
Y SUSTENTA...

TU NO FIN
-JUBILOSO, CALMO Y ETERNO-
SE ENCUENTRA SUMIDO
EN LO MÁS PROFUNDO
Y AUTÉNTICO,
EN LO MÁS ÍNTIMO,
EN LO MÁS TIERNO DE TI.




  No te distraigas con el frenético ajetreo de lo externo u olvidarás lo que tu alma siempre ha sabido y sabrá. Silencia el pulular de los pensamientos mil. Acalla el vocerío del sopesar y sopesar, del pensar y repensar, del juzgar y planificar, del dilucidar enigmas que sólo existen en tu desbocada imaginación. No escuches el parloteo insidioso de la preocupación ni tampoco atiendas a la afrenta insultante de la pequeñez. No sigas tras la inercia sugestiva del temor y la duda, pues únicamente pretenden sacarte de tu feliz, tierna y serena, plenitud interna.

  No salgas de la paz de espíritu. No te extravíes por rutas exteriores conducentes a lo efímero y caduco, por derroteros que tan sólo obtienen aquello que se pierde, por circuitos cerrados que dibujan repetitivas metas que te impelen a girar y girar sin parar en un agotador viaje a ningún lugar real. No te vayas del centro plenamente amoroso que en ti palpita. No transites por superficiales itinerarios que, etapa tras etapa, te llevan a la desesperanza de encontrarte, sin remedio, con una última mañana que pintará de tinieblas tu despedida... Quédate en paz, totalmente en paz, ahora, aquí. Contempla la Luz del Silencio que en tu entraña espera para encontrarte receptivo y confiado al retorno del recuerdo imborrable de que tu alma ya sabe de lo esencial, de lo eterno, de lo puro y virginal... que ya sabe de la esencia sagrada y divina que en ella por siempre mora.

   Mira en lo profundo, sin temor ni ansia, con profunda inocencia... Y en tus profundidades verás el mundo con un fulgor diferente, con una amplitud insospechada para la manera de contemplar egoica. Verás un mundo perdonado de toda miseria y dolor, libre de todo conflicto, sin furias, angustias ni vergüenzas; lleno de Amor, sin sufrimiento, sin desesperación, sin angustia, sin enfermedades, sin hambre ni carencia... ¡exento de toda muerte! Contemplarás, con los ojos del alma, tal y como la Divina Unicidad te contempla en Su  inseparable incondicionalidad ilimitada.

   En lo interior lo exterior ya se encuentra incluido bajo la iluminada mirada de la santidad que la Divina Unicidad te dio, perfecta y amorosa, en plenitud... Mira sólo hacia lo interior... contempla lo profundo... Atiende por completo a lo esencial, a lo íntimo, a lo jubiloso, tierno e inimaginablemente amoroso... Escucha la Voz de la Divino dirigirse dulcemente a tu alma en la quietud de tu mente... escúchaLe decirte cuán ilimitado y glorioso es Su Amor por ti, y por todos sus hijos; que Él, cual Uno solo, Ama como Su único Hijo.

KHAAM-EL



Escucha la música en tu interior.




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