miércoles, 24 de junio de 2015

SIGUE EL FLUJO *

  Nada queda al azar. Nada ni nadie es despreciado, desechado u olvidado de la misericordiosa mano de Dios, aunque el frío temor de las dudas le atenace por un tiempo. Todo concluyó finalmente bien. Invoca al sol en la noche y a la lluvia en el desierto. Ábrete al milagro y a su inesperado y benefactor curso. Confía. No hagas nada excepto confiar completamente. Acepta el despliegue de lo que es, y sé feliz en ese verterse. Sé como el río, sabiendo que inevitablemente alcanza el mar aunque a veces serpentee entre afilados riscos. Todo va bien salvo que tú pienses que no, y experimentes los infaustos efectos de tu propia desconfianza.

   Todo sigue su curso. No te entrometas con juicios de nulo valor. Las preferencias, y también las aversiones, se diluirán al final del flujo de manera natural... Todas se desvanecerán de cierto. Compréndelo: ¡Ninguna quedará! Haz, pues, lo que tengas que hacer sin expectativas personales. No quieras tomar de la vida nada que no puedas llevarte. Cuenta siempre con tu prójimo. Suelta el miedo junto con él. Fluye, y comparte amor y dicha, porque lo que por el espíritu es dado en éste es recibido y, consecuentemente, extendido en bienaventurada completud.

   Sigue el flujo. Síguelo hasta el final con fe viva, con esperanza y jubilosa entrega... En el espíritu todo fluye hacia lo Alto. Sé infinito vuelo que surca libre el espacio...

  Sólo lo que es del espíritu permanece, el resto se perderá. Por lo tanto, no acumules méritos o tesoros en al tierra, que sin duda pasarán, sino que, más bien, aspira a las cosas del Cielo atendiendo únicamente a los asuntos de Dios. Quédate calmo en tu mente, y escucha atentamente Su voz en tu alma... Fluye... sigue el flujo... confía y fluye con gozo hasta el final, que es como antes del principio: ¡Santidad! ¡Dios! ¡Plenamente en Dios!

KHAAM-EL



Sigue el flujo de la canción y vuela hasta lo santo.






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